Pensamientos finales
Siento que ese paso en falso, que mi alma desea, está cada vez más cerca. Es algo extraño, lo veo, pero no quiero esquivarlo. Estoy cansada, no es algo físico, es algo en lo profundo de mi ser. No sé cómo explicarlo. Es como si tuviera a Dios en frente y me acercara a él, para decirle: he terminado, estoy lista, no quiero seguir.
Estoy harta de perder las batallas. Lo peor es que son todas en silencio, pero mis gritos de dolor son horribles. Estoy cansada de no poder darle a mi mejor amiga una sonrisa genuina. Estoy frustrada de llorar sin sentido a lo largo de la semana. Estoy agotada de no poder salir de mi departamento, por el miedo y la ansiedad. Estoy fatigada de no poder ni siquiera iniciar una conversación decente con alguien online, ¿Por qué las palabras no me salen? Estoy muerta de miedo de que los demás se enojen conmigo y me abandonen.
Es tan triste, pensar que me aferro a la más mínima muestra de afecto, sea de quien sea, hasta de completos desconocidos.
Nuevamente, lo que mantiene distraída, es el refugio que encontré en este mundo online. Pero mis putas limitaciones me mantienen cautiva. Quiero participar, crear, formar vínculos y no puedo lograr ni eso. Soy una maldita decepción, solo lloro y lloro de la frustración que me genera. Y la culpa es toda mía, añoro la idea de hacer un amigo/a por lo menos. Pero de nuevo, esa pared oscura y lúgubre está presente, y no culpo al resto, esto es obra mía al ciento por ciento.
A veces veo cómo los demás interaccionan entre ellos y me pregunto, ¿qué mierda es lo que tengo yo, que no puedo hacerlo? Escribir en un chat anónimo me hace dar vueltas y vueltas la cabeza, ¿les caeré bien? ¿Me odian? ¿Saben que soy una persona rota? ¿Qué hago si me hablan?, miedos y más miedos. Pero tengo un poco de suerte también, algunas personas se toman la molestia de responder mis estupideces, hasta podría decir que les causa un poco de gracia.
Cada día que pasa me aisló más y más, es un poco reconfortante en mi situación, no voy a mentir.
Estoy a poco tiempo de quebrarme por completo, pero lo gracioso es que a eso no le temo.