Amistad
Esa palabra que se le da a una persona, que te hace bien, un/a amigo/a. Palabra que significa diferentes cosas, dependiendo de cada persona. Pero, me gustaría describirla, como me hace sentir a mí.
A lo largo de mi vida, me encontré con muchas personas, a las cuales les di el título de amigos/as. Personas con las que tal vez, compartía solo cinco minutos a la semana. Para mí, cualquiera que me dedicaba un poquito de su tiempo, la consideraba una amistad en potencia. En mi adolescencia esto me llevo a tener, muchas amistades, por lo menos así era en mi cabeza. Nunca me iban a desear el mal, e iban a estar conmigo para siempre, acompañándome durante toda la vida. Una idea bastante estúpida, producto de la idealización inmadura de mi personalidad.
Creer que cualquiera de ellas, me quería por lo que soy, y no por interés, era mi religión. Este concepto me llevo por el camino de la tristeza y el llanto más de una vez. Tenía amigos/as de mentira, traicioneros/as, interesados/as y la peor de todas... manipuladores/as.
Soy débil frente a la manipulación, nunca la veo venir. Todo lo que sale de la boca de las personas que conozco, para mí, es real, nunca me mentirían. Y menos, para usarme con un algún objetivo en particular. Esto me costó aprenderlo, y, aun así, sigo cayendo en esa telaraña.
Tengo el sentimiento, que ninguna persona es mala, siempre hay un porque detrás de cada acción maligna o benigna que hagan. Y trato de entender ese porque, de esas acciones. Esa concepción que tengo, de que puedo lograr ver a través de esa maldad. Intentar llegar a la persona, que se esconde detrás de esos comportamientos, y finalmente, entenderla.
Aunque el 90% de mis experiencias, con la amistad, terminaron mal. No me arrepiento de haberlo intentado, por más que haya salido lastimada. Es un precio a pagar, por intentar encontrar, una amistad que atesorar por el resto de mi vida.
Al día de hoy, la palabra que uso, es en singular y femenino, AMIGA. Si, solo tengo una sola, después de todos estos años. Es la persona que más amo en este mundo, pasamos tantas cosas juntas, que me es difícil imaginarme una vida, sin ella. La maltrate, la ataque, la intente expulsar, un sin fin de veces. Y ella, todavía, esta acá, acompañándome en el momento más difícil de mi vida. Es la única persona en este planeta, que me dijo “estoy orgullosa de vos”, algo que nadie me dijo jamás. Una frase que me provoca una alegría inmensa. El hecho que mi existencia, la alegre, es todo para mí.
Tengo la creencia, que el único testimonio de mi existencia, en esta vida, van a ser las amistades que logre. Ellos/as, van a recordarme cuando no este, y poder vivir un rato más, en sus memorias, es una idea feliz que tengo.
Pero hay más, este último año, logre encontrar personas que me quieren, por lo que soy. Una contradicción para mí, después de tantas malas experiencias, pero así es, están por ahí, deambulando en un circuito infinito de datos digitales.
Tal vez, debería empezar a llamar a esas personas AMIGOS. Creo que lo voy a hacer, y dejarlos que me acompañen a su modo. Intentar anular el sentimiento de temor y pánico, que me da, la idea de que me conozcan en profundidad.
No soy una persona fácil de querer, construyo muchos muros a mi alrededor. Y no es por mí, es por la seguridad de mis pares. Odio lastimar a las personas que me rodean, pero lo hago de todas formas, es algo involuntario, que no puedo curar.
Debo entender, que está bien ser como soy, una imperfección absoluta. Hay almas dando vueltas, por este mundo, que me quieren genuinamente. Debo dejarlos entrar.
La amistad, una palabra hermosa. Personas a las cuales se les puede decir “TE AMO”, sin la necesidad de dar explicaciones.