Un poquito de realidad, mientras tomo aire fresco en la punta de mi montaña



Ooooh... ¿Otra vez? ¿Cuántas veces a la semana pasan? No los controlo, simplemente llegan, a veces por algo tan simple como derramar agua sobre la mesa. Me irrito fácilmente y mi cabeza empieza a estallar, mientras más intento reprimirlos, más voraces se vuelven. 

Pierdo el control sobre mi razonamiento, y caigo presa de la furia desmedida, ese instinto de abandonar todo y correr hacia el vacío para intentar apagar este incendio. Cuando el ataque termina, normalmente no recuerdo haber hecho nada malo y termino en mi cama agotada, con muchas ganas de dormir. 

Tengo un secreto muy oscuro dentro mío, una voz que nunca se calla, no tengo idea en que momento di a luz a esta cosa. Le hice caso dos veces ya, pero en el instante que necesitaba que completara ese deseo, desaparece y me deja moribunda en la vergüenza y culpa. 

Es como si nadie pudiera comprender esto, parece algo sacado de un libro de ciencia ficción, pero existe, es una sombra que te acompaña todos los días. A veces logro contenerla, pensando en algo tan estúpido, como comer un paquete de Oreos al día siguiente o un helado. Eso hace que se calle un rato y me doy a misma, una razón para despertarme al día siguiente. ¿Qué locura no? Una mente tan inestable y volátil, pidiendo a gritos que la ayuden de alguna forma, pero no hay una cura para esto. 

Estoy cansada de sentir una alegría inmensa por solo dos minutos y luego me quitan todo, de una forma cruel. A veces estoy viendo una película, y sin ningún motivo aparente, se me cruza una idea positiva... Constanza, cuando termines de ver esta película, podes levantarte y ponerte a jugar a ese juego que tanto te gusta, mientras escuchas esa música que amas”. Eso me motiva de una forma increíble, pero dura solo dos minutos, luego se disipa y todo vuelve a ser una mierda. 

Una pequeña parte de mi cerebro, a todo momento, activa esa ansia de encontrar algo que me estimule, es como si me diera una descarga eléctrica para que no muera. 

Me preocupa mucho mi situación actual, se suponía que iba a estar mejor, pero pareciera que voy en caída libre. Dentro mío, que no me queda mucho tiempo, antes era más equilibrada la lucha que se gestaba dentro de mi cabeza. 

Me da mucha pena, el no poder controlar mejor mis estados volátiles, lo intento, pero simplemente no puedo. Tampoco tengo ganas. 

Son demasiados traumas juntos, y cada día que pasa, veo con más claridad que sufrir sin sentido, no me va a llevar por un buen camino. 

No quiero ahorcarme, empastillarme o saltar por la ventana, solo quiero no despertar. Que me den la oportunidad de decir basta, ya está... no quiero seguir. Hay demasiadas cosas buenas esperando del otro lado, y las necesito en mi vida. 

Se que esa idea, de simplemente no despertar, no va a suceder, porque alguien quiere verme y ponerme a prueba. A ver hasta donde soy capaz de aguantar, antes de arrancarme los ojos. 

Pero, si me da miedo el hecho de que estos pensamientos, sucedes de un momento a otro. Y mientras más pasa el tiempo, menos razones reales encuentro, para detenerlos. 

Oooh... hoy es una noche donde Mariana no va a poder dormir ¿Quién te puso en mi camino? Es una lástima que no logres entender casi nada de esto, por más que lo hayas leído en libros. Pero por lo menos, no me pintas una imagen llena de colores, porque sabes que eso, no existe. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Épocas

Transigir

Sinfonía agridulce