Soliloquio
Mis manos están temblando, y siempre con un dedo en el gatillo.
Dios va a entender, espero que no tenga ninguna objeción.
Dejen de violarme el cerebro, y traigan a esa traidora
La mente y el cuerpo se derriten, gritando de agonía, mientras las cucarachas se multiplican.
Esas auras sentimentales que no son consecuentes, y me dejan desnuda frente a los demonios. No puedo dar una pelea justa.
Mis alas no lo soportan más, por favor... no me mires más.
Mi espíritu se degenera, mientras esos reyes y reinas van muriendo...
El demonio termino ganando la carrera de los milagros.
Nunca se va a ir, y mientras más me mires, más frágil me siento.
No intentes cortar la cuerda de mi cuello, porque voy a caer rendida de rodillas, y ya no lo soporto.
No quiero volver a nacer, para volver a romperme.
¿Me vas a buscar?... pero me vas a destruir, para finalmente desgarrarme la mente una vez más.
Déjame ir, déjame ir... DÉJAME IR... esa cosa viene por mí, y cuando me alcancen, no se va a ir.
Constanza sembró un árbol, pero la locura la llevo a cortarse su propia mano... ¿Que vio?...
Todos los animales están muertos, las ratas se arrastran por la casa y caminan sobre su cabeza. Una de ellas hasta hizo un agujero en el cielo...
Este destino es peor que morir, y no quiero seguir creyendo en esto.