Fauces de una lunática



Supongo que a esto le llaman perder la fe. 

Hace mucho tiempo que utilizo al final de mis explicaciones, la misma frase ...Lo hago, para que el día que no este, me recuerden”... Parece que hablara de un futuro distante, pero tiene un significado especial, es una señal y respuesta al mismo tiempo. Representa la lucha más grande que libro todos los días de mi vida. ¿Cuándo va a ser suficiente? ¿Cuándo es la hora de decir basta? 

Me entretengo y distraigo lo más que puedo, y en el momento que eso se termina, caigo de nuevo a ese agujero sin fondo. Claramente estas distracciones no me curan. 

Pensé que, al aislarme tanto, tuve la oportunidad de comprender el valor de cada ser humano, y que cada persona es importante. Pero resulta que me olvide de la otra parte, al estar aislada se me paso por alto la realidad. 

Si me guardo las cosas, me consumen por dentro. Si hablo y las dejo salir, me victimizo... ¿entonces? 

Resistí las perdidas, las manipulaciones, traiciones, mentiras, que me golpearan o me forzaran... ¿Y para qué? Solo quería demostrar que las personas no son tan malas como aparentan, todas tienen una historia y un porque de su comportamiento. ¿Me equivoque? Es lo que estoy tratando de entender. 

No me arrepiento de la visión que tuve, aunque me siento bastante decepcionada de las cosas. Y mucho más, cuando tengo que afrontar la idea, de que la persona que me lo enseño me mintió. 

Estoy cansada de ser la amiga invisible, y estoy harta de tener que explicar porque soy así. No, no quiero que te importe lo que soy, solo que me entiendan. No es una actuación de teatro, una novela o una película. Cuando digo que me dan ataques todos los putos días, que no puedo salir de mi departamento, que no puedo hablar, que veo cosas que no están ahí... que no me puedo levantar de la cama por más que lo intente... es mi realidad. Es una cosa insoportable, antes podía manejarlo mejor, ahora solo me enoja y me llena de ira. A tal punto que tuve malas reacciones, y empecé a odiar a personas por el simple hecho de que me miren raro. Estoy muy cansada de esto, quiero tu amistad, me encantaría concerté, perooo por favor, intenta comprenderme un poco antes de juzgarme. Estas cosas son las que más me limitan a la hora de relacionarme, prefiero no llamar la atención y ser solo una estrella más en el cielo. 

Se que las personas que me aman, también se entristecen con mi presencia, mis actitudes y acciones. 

Hay días que me gustaría llevar una tarjetita de presentación, algo así como la biografía que podés escribir en algunas aplicaciones online. Que diga mi nombre y apellido, describiendo lo que soy. Así me evito las explicaciones, y si te interesa me hablas, sino, seguí tu camino... a esta situación llegue del enojo que tengo. 

Esto es de nunca acabar, y me está invadiendo el sentimiento de YA NADA IMPORTA. 

¿Una verdad cruda y mortal? Si... tengo una para contar, en mi cabeza habita una enfermedad de mierda, que me hace ver la vida como una porquería que no tiene ningún valor. Y que debería tirarme de un décimo piso, porque esa es la solución, todo es una mierda, nada vale la pena y mi final es este. 

Ya me intenté matar siete veces en total, dos fueron intentos planificados que llevé a cabo. Los otros fueron momentos limites, donde los pensamientos fueron tan negativos, que necesite a alguien para que me tranquilizara y rescate de esa situación. Esta es la realidad cruel en la que vivo, de la cual nunca puedo hablar. Tengo heridas en mi cuerpo, son marcas de estas acciones mías. No tienen idea de lo que es llevarlas en la piel, y tengo que taparlas con algo todos los días, si me dan asco a , no me quiero imaginar a los demás. Y no me refiero de forma estética, es la pregunta de mierda que hacen... “¿Que te paso en cuello?”... No nada, un día me levanté loca y me quise ahorcar, porque me pareció una buena idea en ese momento =) 

No, no entienden, no quiero su lastima o pena, solo quiero que me acepten por lo que soy, y que no voy a estar para siempre, pero los necesito. Necesito de otras personas, me hacen bien y calman de una forma crónica el dolor de mierda que siento. Alguna que otra vez lo pensé de esta forma, soy una paciente con una enfermedad terminal, voy a morir, pero me gustaría que me acompañen mientras. Es una cagada ese pensamiento egoísta, pero tiene mucha verdad. 

Todo esto que escribí, fue sin filtro, y lo que siento en este momento. Necesitaba gritarlo. Ya estoy sintiendo el aroma al neuropsiquiátrico. 

Fin. 

Entradas populares de este blog

Épocas

Transigir

Sinfonía agridulce