Esta es una historia que tenía guardada, una que nunca pensé contar. Soy una mujer que, durante gran parte de su vida, pasó por traumas que nunca pude resolver. Me tocó vivir momentos de mierda, y nunca tuve a alguien que me ayude y me escuche como lo necesitaba. Soy hija única. La muerte de mi madre a los tres años y la de mi padre a los nueve me dejó sin nadie en quien apoyarme. Nadie me explicó cómo desarrollarme, cómo comunicarme o cómo afrontar las dificultades de la vida. Así que no me quedó otra que observar y aprender de otras personas, muchas de las cuales me llevaron por caminos horribles. Todo este tiempo busqué dónde encajar, un lugar donde poder desenvolverme y, lo más importante, un lugar donde me cuiden, porque realmente me hacía falta.